miércoles, 14 de mayo de 2008

Raspada!


El día de ayer me hice miembro oficial del GNPEPV, una delegación de venezolanos que al presentar por primera vez el examen practico para obtener la licencia de conducir en NSW, no lo aprueba. Puedo decir con orgullo que somos mayoría!
Allá aquellos, la minoría de personas que lo pasa a la primera vez (entre ellas, vergonzosamente, mi esposo) que parecieran pretender romper con una tradición ya institucional en la migración venezolana a este amable país, Australia. A esta “gentecita” les hago un llamado a la reflexión. Revísense!
Yo, fiel a mis principios y a mi condición de inmigrante venezolana, hice lo que pude para seguir la tradición y pertenecer así a esa populosa mayoría. Claro, tampoco fue que exagere porque la idea no es quedar como un “loco al volante” que es incapaz de conducir con el mínimo sentido común.
Yo me esforcé para quedar justo en el límite de “de vaina y lo paso”. Me concentre en no hacer todas esas cosas ya intrínsecas en un conductor venezolano, es decir fui en contra de mis instintos más básicos cuando:
No “metí la chola” en la luz amarilla, sino que frene y me detuve.
Cuando un carro a mi lado puso la luz de cruce para entrar a mi canal no pensé “y este que? Se cree mas arrecho que yo?” y acelere. No! Le di paso amablemente deseándole además que pasara un buen día.
Jamás excedí el limite de velocidad, lo que es mas, me mantuve 5 Km. por debajo.
No me olvide que existen los retrovisores. Mire por ellos hasta cuando estaba segura de que atrás estaba el mismo carro que había visto 5 segundos antes.
No aproveche el huequito de medio metro para tirarle el carro al de al lado y que me dejara pasar “a juro” a su canal mientras le gritaba un improperio. No!! Colocaba mis luz, contaba 7 “bip click” que es el ruidito que hace la lucecita y que equivalen a 5 segundos, y luego de chequear todos los retrovisores, hasta el del otro lado que no tenia nada que ver, me cambiaba de canal suavemente y le sonreía a la vida.
Y después de todo esto te preguntaras, “y como te las ingeniaste para hacerte miembro del honorable GNPEPV?”
Pues bien, y mira que original y astuta fui, justamente al cambiarme de canal, justo después de los 7 “bip click” y de chequear todos los retrovisores…no mire sobre mi hombro el muy peligroso “punto ciego”. Y además, para que no quedara duda de la estrategia, no lo hice nunca! Ninguna de las 6 veces que tuve que cambiarme de canal durante el examen!
Pero eso no fue todo, además, por si acaso no mirar sobre el hombro no era suficiente, en un cruce a la derecha, hacia una calle pequeña de doble vía que no tenia línea divisoria en el medio, le hice creer al inspector que había entrado muy cerca del centro y por lo tanto había pisado la línea. Línea que además no estaba pero si estaba, era una línea “de hecho” y no “de forma” como diría un abogado, o una “línea virtual” como diría un especialista en IT.
Es mas, soy tan bárbara que esta infracción la cometí inconcientemente porque yo no me acuerdo de esa vaina pero como el inspector dijo que paso y yo quería mi membresía, aproveche y le dije que si, que tenia razón y me bajo como 10 puntos de un solo golpe. Cualquier cosa para asegurar mi entrada al honorable GNPEPV.
Ahora que soy miembro oficial del Gente que No Paso el Examen la Primera Vez (GNPEPV, se pronuncia “yenpipivi” en ingles) quiero proponer algunas reformas. Por ejemplo podríamos crear un grupo en Facebook y enseñarle a los que pronto tomaran el examen nuestra filosofía y costumbres. O podemos reunirnos de vez en cuando, caernos a palos y compartir nuestros logros… que algún miembro del GSPEPV sea conductor designado… no son Full Licensed pues?
Y precisamente a ellos, los miembros del GSPEPV (“yispipivi” se dice en ingles) les digo: son minoría, entiéndanlo!
Y a los amigos que pronto vendrán, un mensaje de fraternidad del GNPEPV, aquí los esperamos con los brazos abiertos y la licencia de Learner en la cartera.

lunes, 12 de mayo de 2008

A un año

Para los que les gusta la exactitud especifico que no es un año sino 12 meses, 14 días y algunas horas, Fue un año exacto el 22 de Abril a las 730 am (hora Sydney). Me pareció que unos cuentos días no harían diferencia sobre lo aquí expuesto. Así que, a un año y siguiendo el esquema de lo que en el colegio llamaban “Aprender a Pensar”, que ha sido bueno, que ha sido malo, que he aprendido y que ha sido interesante. Estas son mis reflexiones, “muy personales” para dejarlo bien claro. Espero relatar varias experiencias, en la medida de lo posible, pero no prometo orden de importancia porque me guía la “inspiración del momento”.

Que ha sido bueno: Percepción de seguridad

Poder caminar sin tener que mirar en cada esquina, salir con mi chamo de noche y regresar a casa caminando a la 1:00am. Que se me pierda la cartera con mis documentos y dinero y que regrese intacta (bueno, revisaron los documentos para ubicarme).
Que mi chamo corra libremente en un parque y yo pueda conversar mirándolo de lejos.
Poder detenerse en los semáforos de noche. Dejar tus cosas en la arena o en el parque e irte a jugar con tu familia sin voltear cada minuto a verlas.
Caminar en un centro comercial, o en la calle, sin llevar la cartera pegada como calcomanía al cuerpo.
Sacar dinero de un cajero sin miedo a que te asalten en la esquina (o tal vez algo peor).
Tanto y tantos pequeños y grandes detalles que en materia de seguridad han deteriorado la calidad de vida en Venezuela, en todas sus ciudades, y que aquí, simplemente se reducen a una minina expresión. Tan mínima, que pierdes el miedo. Vivir sin miedo!!
No entendemos el estrés al que estamos sometidos hasta que vivimos la diferencia. Yo estaba, y ahora lo se, enferma, con miedo las 24 horas del día. Vivir en un ambiente seguro, no perfectamente seguro, pero definitivamente mucho mucho mucho mas seguro comparado con Caracas, es el factor que mas ha impactado en mi calidad de vida. Duermo mejor, disfruto mas de mi familia y siento que mi hijo crece en paz.

Que ha sido malo: Relaciones en el trabajo

Yo no me considero una persona particularmente simpática. Soy sociable, pero no ando buscando conversación a quien no conozco y tampoco tiendo a echarle el cuento de mi vida al que se monta conmigo en el ascensor. Pero en el trabajo tiendo a ser mas relajada y puedo decir con mucho orgullo que algunos de mis mejores amigos en esta vida (incluyendo a mi doble comadre – yo madrina de su chama y ella madrina del mio) fueron mis compañeros de trabajo. Bueno señores, el poco encanto que tenia se me acabo en Australia.
Que difícil se me ha hecho crear una relación un poco más allá de “compañeros de trabajo”!! Y ojo que no le ando echando los perros a nadie! Hablo de una simple relacion de amistad que puede incluir conocer a la familia, verse un fin de semana, o preguntar a menudo donde almuerzas hoy. Puedo decir que a casi de un año de estar en la misma oficina, con los mismos compañeros, me doy por vencida.
Yo creo que hay varias razones para esto:
Primero, obviamente, el tema del idioma, uno no puede seguir las conversaciones con el mismo ritmo y sin pensar 2 veces lo que vas a decir, y mas allá, las limitaciones en vocabulario coloquial lo cual es básicamente una consecuencia de haber crecido en diferentes países y culturas. Como car…o intervienes en una conversación donde se habla de grupos musicales que uno nunca conoció, de deportes que uno no conoce, de comidas que tu mama nunca preparo, por poner algunos ejemplos. Por supuesto, uno se limita a decir “de donde yo vengo lo hacemos así”, a lo cual se obtiene tal vez alguna mirada como de “que bichos raros son ustedes” o tal vez un “ahhh, que interesante”. … y hasta alli. Siendo yo como soy, termino no diciendo nada.
Luego, esa sensación de como que te están dejando saber “ya tengo mis amigos completos, gracias”. La tendencia que he notado es que la gente se reune con sus “amigos”. Todos los lunes echan los cuentos de lo que hicieron y fue exactamente con la misma gente con la se reunieron la semana anterior. Cenas, cumpleaños, celebraciones, picnic y BBQ, todas con la misma gente… ya hasta me se algunos nombres
Otra razón es que uno aquí en su trabajo esta verdaderamente ocupado. La “echadera de carro” si bien existe es mínima comparada con Caracas. En general, estas menos horas en la oficina pero se trabajan las mismas o mas. Uno pasa horas pegado al computador y se puede notar que a veces tu compañero o compañera simplemente esta full de trabajo.
Claro todo esto no explica los resultados del test de las papitas.
Mi “éxito” social en mi trabajo lo vengo midiendo por el “test de los chips” (las papitas aquí):
Yo trabajo para la división de Snacks en PepsiCo. Todas las semanas (generalmente los viernes) nos regalan 2 o 3 bolsas grandes de chips. En algún momento del día te llega un correo diciendo “Chips in the lunchroom” y todo el mundo sale en carrera a buscar sus chips, que a veces no son suficientes.
Si estas en una reunión o no fuiste ese día, un “panita” agarra tus chips y te los pone en el escritorio… para que no te quedes sin chips. Es casi una “regla de etiqueta”. Yo lo he hecho varias veces por mis “room mates”, pero, y es aquí donde esta el test, jamás jamás jamás lo han hecho por mi. Cuando no he estado disponible para buscar mis chips simplemente me quedo sin ellos.
Cual es mi conclusión? Solo se agarran chips a los panas, por lo tanto, el día que los encuentre sobre mi escritorio seré, por fin, parte del equipo. Tal vez pueda entonces volver a intentar hacer algún amigo.

Que he aprendido: Si quiero, si puedo

Yo siempre he pensado que la actitud con la que asumes la vida cambia tu destino. Si piensas que la mala suerte te persigue y te lamentas por que siempre todo lo malo te pasa ti, entonces lo más probable es que sea cierto, solo porque te lo repites una y otra vez.
Las personas (familias, parejas, individuos) que han migrado a Australia y que he tenido el placer de conocer tienen en común (con muy contadas excepciones) una actitud positiva hacia el cambio que están viviendo, hacia las situaciones y obstáculos que se puedan presentar. Vienen, como dicen por alli, con las pilas puestas a “echarle un camión” para salir adelante.
Es la actitud, y un poquito de suerte, lo que ha marcado la diferencia entre quien arranca mas temprano o mas tarde (porque al final todos arrancan). Es el auto-evaluarse y saber “donde estas parado”, conocer tus limitaciones y hacer algo al respecto. Es levantarte inmediatamente después de caer y decir “estoy bien, no me dolió” como hacen los chamos.
Esta experiencia ha reafirmado mi fe en el poder de una actitud positiva ante la vida. Y dejo claro que ese positivismo no significa pensar que las cosas te van a caer del cielo. Significa fijarte metas, conocer tus limitaciones, exigirte y superarlas. Luego fijarte una nueva meta y seguir hacia delante. Significa tener confianza en tus habilidades y talentos y aprender de los errores y los reveses de la vida. Significa también sentir a Dios en tu corazón y a tu familia y amigos desde lejos deseándote lo mejor.
“Si quiero, si puedo” era el slogan de un gran amigo que murió hace ya algunos años. La frase no puede ser mas simple y sin embargo tiene el poder de cambiar tu destino.

Que ha sido interesante: Australia can dance

Muchos australianos sienten curiosidad, en el buen sentido de la palabra, por los latinos. Para muchos “latin people = hot hot hot” y dentro de estas cosas latinas calientes una de las mas populares es la Salsa, bailar Salsa para ser exactos.
Existen muchísimas academias de Salsa en Sydney. Es mas, Australia ha sido campeona en más de una oportunidad en competencias mundiales de Salsa.
El estilo de baile no es el común que conocemos. Se baila separado, con muchísimas figuras y los pasos tienen principio y final. Obviamente no es la Salsa aprendida bailando con tu primo 10 años mayor que tu. Es una Salsa aprendida en una academia contando de 8 en 8.
Dice mi esposo, que es conocedor del tema, que se baila no al estilo cubano sino al neoyorquino. Y les digo, mucha gente lo hace muy pero muy bien.
A mi me gusta el hecho de que se baila para disfrutar del baile y no para bucearte a la chama o echarle los perros (por no decir algo peor).
Me gusta también que ahora puedo bailar como yo quiero (exagerando los movimientos) sin que una acomplejada me vea como diciendo “ay y a esta que le pasa?” o “y esta como que cree que esta muy buena?”… si eres mujer sabes de que estoy hablando.
Y confieso que uno se siente halagado por esa “atmósfera sexy” alrededor de los latinos y que los locales quieren imitar a la hora de bailar.
Así que el que espere ver unos “palos tiesos” en un pub latino se va a llevar una sorpresa al ver que Australia can dance Salsa (and loves it).